Cronología del señor K

Publicado en por Heriliam

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 El señor K es el personaje principal de Kafka en el Proceso; la apatía y el desasosiego  de K es la cereza del paste pero de igual modo es sinónimo de desobediencia política-legal. Kafka nos muestra en su obra la singularidad de un hombre que es victima de una serie de prácticas/atrocidades legales, que desafortunadamente él nunca llevó acabo como para ser acusado por algún delito. Por eso, K es producto de un discurso moderno que intenta ejercer los mecanismos de poder, de docilidad y de incapacidad; ya que K es prendido continuamente por diferentes personajes que polemizan su caso, lo curioso es cada uno de estos personajes (el pintor, el sacerdote, el abogado, el estudiante) conoce el caso de K. ¿pero K nunca les dijo nada?

            Esto último, a mi parecer es lo misterioso de Kafka porque el asistente K al paso de la novela va confrontándose con distintos escenarios que lo posicionan, con gente ignorante, bastarda, interesada, mediocre y todos aquellos adjetivos negativos que pudieran existir: amén. El pasaje más atractivo (épico) aparte del final es cuando K tiene un “shock” con el estudiante (o supuesto “abogado”), éste hace uso de la retórica sofista para tratar de persuadir a K de la importancia de las leyes, códigos y decisiones que los jueces examinadores toman al instante de dar su veredicto.

Pero aquí podemos notar la reglamentación que Kafka describe en el Proceso como una crítica radical a la famosa burocracia pero en especial a las leyes/mecanismos de justicia de su tiempo, aunque el propio Franz Kafka trabajo un largo tiempo en una compañía de seguros de Praga, la vivacidad de su crítica se debe a todos eso mínimos pero problemáticos detalles para la sociedad moderna en la que él se encontraba. Tales detalles se podrían resumir si bien del siguiente modo; ¿quién hace justicia?, ¿cómo lograr hacerse justicia sin tantos papeleos, procesos o tumultos?, ¿qué hacer para acabar con la impunidad cuando la justicia es ciega con “C” mayúscula?

Las aventuras del señor K en el Proceso no son ajenas a lo que cotidianamente vivimos e incluso frecuentemente son parte de la TV, diarios, reportajes, etc., pues, otra vez la justicia sigue siendo un problema que cada vez es más familiar que extraño, y K en este caso es un ejemplo pero a la vez una victima insoluble de esa señora ciega que se dice impartir justicia. Lo único cierto es K nos manifiesta la fatalidad y la angustia de una vida llena de desventajas, como no saber cuál es delito que se le acusa, ó sólo es una simple idea trascendental adornada de títeres puestos en escena para simular una acto de barbarie o de represión psicológica; a un personaje que lo único que busca es resolver su Proceso pero al parecer las cosas cada vez se van complicando más.

K es fatal porque su actitud no es la que la mayoría de la gente (no es falacia de at populum) esperaría hacer para solucionar su caso: K le ha pedido a su abogado que renuncie a su caso, el peligro que corre es que los avances sobre su caso se vendrán a bajo, pero creo que no es así. K piensa que su abogado ha sido inoperable en dicho caso, aun suponiendo que fuera lo contrario los avances sobre su caso llegaría sin la voluntad o el consentimiento del abogado estúpido. Esto significa que en muchas ocasiones hacer o levantar una demando esta de más, ya que es un recurso legal que en primera instancia tiene efecto pero tal efecto nunca logra encontrar su verdadera fuerza.  

 

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