De saber real al saber virtual
La ciencia trabaja bajo una concepción antropomórfica de saber pues sería ridículo que sus intereses fueran por la inteligencia artificial. Sin embargo, no sería extraño descartar la posibilidad de “otro” ser quizás robótico en el cual la misma ciencia busque en algún momento fundamentar. Yo Robot dirigida por Alex Proyaspero pero originalmente de Issac Asimov y protagonizada por Will Smith, explica la vida de un científico que creó un robot único con la capacidad casi similar a la del hombre, este robot se rige por 3 leyes que constituyen la estructura en la que sus actos deben de fundarse principalmente con los seres humanos.
No acaba ahí, el robot tiene ciertos comportamientos extraños con su creador al grado de que se cree que lo asesina, pero no es así, más bien es un sistema –y no el robot– que controla a otros centenares de robots los cuales están repartidos en la mayor parte de los hogares de Estados Unidos.
Quizás sea una simple película pero de fondo hay varios presupuestos filosóficos que permiten explicar al menos dos cosas: la primera, es que hay una racionalidad que ha transgredido los límites del hombre, es decir, se ha superado la capacidad intelectiva del propio sujeto, y la segunda, es que la visión antropomórfica se desvanezca quizás cuando hombre deje de ser hombre, quiero decir, que el hombre podría convertirse en un “robot” en la medida en que su perspectiva resulta ser sistemática e instrumental para concebir la realidad (el robot sólo es una analogía).
En este segundo punto quisiera profundizar un poco más porque considero que en esto reside en gran parte el interés de la ciencia, para esto es necesario caracterizar algunos elementos que ayudan a conectar sobre todo la segunda idea. Las teorías científicas comúnmente tratan de justificar ciertos fenómenos en particular pero aun mejor explican cómo se constituye la estructura de la realidad. Pero no basta con esto, ya que los científicos se enfrentan a un dilema donde su teoría debe de ser explicativa o predictiva.
O en el mayor de los casos la teoría científica debe de ser comprensiva porque engloba la misma estructura de la realidad. Aunque la teoría científica fuera explicativa, predicativa o compresiva, mientras no se pruebe su falsación según Popper no tendrá ningún problema la teoría para decirse que es compresiva u otra cosa. Sin embargo, lo que interesa para algunos teóricos como David Deutsch es comprender la totalidad de la estructura de la realidad, caso que podría ser falseada por el criterio popperiano pero mientras sea “comprensiva” creo que lo demás no importa.
Para Deutsch es relevante que “sólo comprendemos la estructura de la realidad si comprendemos las teorías que explican, y puesto que éstas dan explicaciones que van más allá de lo que percibimos inmediatamente, podemos comprender cosas que están más allá de las que comprendemos de modo inmediato.”[1] Entonces lo destacado de toda teoría científica es según Deutsch comprender la estructura de la realidad, pero ¿qué es la realidad, será lo mismo que la naturaleza?
La ciencia en el fondo siempre ha querido explicar de dónde proviene la vida y por tanto fundamentar una realidad que supone una configuración de diversos aspectos que se conectan intrínsecamente entre sí. Por ejemplo, la mecánica cuántica ha dado lugar a varios avances sobre la exploración de otro campo de fuerzas. Pero hasta donde sé la explicación sobre la relación entre materia y energía adquiere un sentido en tanto que hay otra escena “otra” detrás de la escena principal, es decir, que a partir de esta realidad es –fácticamente– posible acceder a otra realidad.
Los físicos piensan que la realidad absorbe a la naturaleza en su conjunto pues “el cálculo cuántico es, por tanto, ni más ni menos que una nueva manera de dominar a la naturaleza.”[2] Efecto, la dominación de la naturaleza por la ciencia es algo que se dijo en el apartado anterior –especialmente con H. Marcuse–.
No obstante, el dominio de la mecánica cuántica sobre la naturaleza se trata de una aprehensión para someterla quizás a una transformación de una realidad distinta. En ese sentido la naturaleza y la realidad son dos cosas diferentes, sin embargo, la realidad puede emplearse como un término genérico de naturaleza al igual que ésta puede ser un concepto que explique la totalidad de la realidad. Es decir, que la naturaleza se conecta con la realidad en la medida en que describe fenómenos que se encuentran en el mundo, pero existe una diferencia que consiste en que la realidad es una dimensión más amplia que la naturaleza según la ciencia, aunque para los griegos la physis (naturaleza) era lo mismo que realidad, quiere decir, que la naturaleza y la realidad era lo mismo.
Ahora bien, ¿pero qué tipo de realidad produce la ciencia? La ciencia produce una realidad radicalmente distinta a la que un filósofo podría fundamentar, –me refiero en especial a la disertación de los presocráticos sobre la physis– se trata de una realidad virtual que es alterna a esta realidad que conocemos; la característica esencial de lo virtual tiene que ver con el modo de producir un experiencia artificial ya sea por una maquina o un simulador de imágenes. Al firmar una realidad virtual al mismo tiempo se está excluyendo que no es parte de la naturaleza.
La realidad virtual es un constructo de la ciencia que es fáctico en la medida en que “cualquier generador de imagen es un rudimentario generador de realidad virtual.”[3] Esto lo podemos observar en los juegos que depende de una consola y manda dirección a un sensor de movimiento, ahí ya subyace la realidad virtual que de manera ingenua podría decirse que sólo es un simple juego, pues no sucede así, ya que la “virtualidad” constituye un escena alterna que la misma ciencia produce para rebasar –si es posible– las leyes físicas y transgredir los horizontes de conocimiento actual.
Cabe señalar, que la realidad virtual representa a mi juicio el desvanecimiento del saber antropomórfico, quiere decir, que las teorías científicas están desprendiendo cada vez más al hombre de su posición habitual para reubicarlo en “otra” realidad, donde después de todo él termina por ser un aspecto artificial para la propia ciencia. Por eso, al inicio de este apartado hacía alusión que en un periodo largo o quizás corto el saber ya no esté dirigido al hombre sino a otro objetivo. Creo que uno de los factores que ha influido en este “desvanecimiento” es la instrumentalización y sofisticación del saber real del hombre a un saber “virtual”, en el sentido de que el hombre se convierta no en un ser virtual sino más estructurado por una racionalidad.
Esto no creo que sea algo nuevo pues Max Weber lo había dicho, pero en otras palabras, cuando se refería a la racionalidad instrumental como un modo de ver en las sociedades occidentales una “desencantamiento” por toda una serie de transformaciones sociales, económicas y políticas. Esta disertación está dispersa por toda la Modernidad como tendencia de una racionalidad; Descartes empieza a configurar el problema de la realidad por medio de la res extensa pues representa ontológicamente la segmentación de lo real y la materialidad de las cosas.
Pero para Descartes en un primer momento la realidad queda congelada, antes bien le importa pensarse a sí mismo y determinar que existe en el mundo por eso de ahí surge la famosa frase; pienso luego, existo. En cambio, Kant puso límites a la razón a través de la experiencia, fue precisamente porque la razón no podía pensar otra realidad sino aquella que edificaba el sujeto por medio de sus categorías. Por último, para Hegel la realidad se presenta como un absoluto puesto que es una condición está por encima de otras. Todos ellos han indicado de algún modo el carácter de lo real como un saber que está implícito en la visión de la naturaleza.
Este “saber de lo real” no es el mismo que el “saber virtual” que trata de fundar la ciencia justamente porque no corresponden a la misma realidad. Ahí está el problema que se enfrentan los metafísicos y los científicos. Entonces parece que con la realidad virtual la “naturaleza está siendo redescubierta, mimada, en un momento en el que ya no existe.”[4] Es decir, que no hay cabida a la naturaleza como proceso sociocultural en esta forma de realidad.
Por tanto, el único lugar para la naturaleza es esta realidad que conocemos, ya que permanece a un problema ontológico que construye varias posibilidades de entender lo real filosóficamente hablando, por otro lado, también intenta científicamente acceder a otra realidad a partir de esta que vivimos de modo mundano.
Finalmente, la realidad virtual –es como señalaba– un constructo de la ciencia, con esto no dudo de que exista más bien interrogo cómo se constituye esa realidad que atrapa al sujeto por la instrumentalización y mecanización de las mismas de la ciencia. Por eso, afirmaba que detrás de esto hay una racionalidad dominante pero sobre todo un desplazamiento del hombre para llegar a ser “otro”. Tomando las palabras de Nietzsche; “nosotros los que conocemos somos desconocidos por nosotros mismo”.