Poder y derecho: amen de la biblia
La sociedad en la que vivimos muchos de nosotros está determinada en gran medida por normas jurídicas y legales; no son imposiciones sino formatos que regulan la conducta de los ciudadanos y sus discrepancias. Aquí, el derecho ocupa un papel privilegiado ya que es la base con la cual todo sujeto así como es condicionado por las normas jurídicas, es igual crítico de ellas, esta cuestión se remonta en un primer momento con Rousseau cuando habla de la exigencia del derecho natural, como preservación de la libertad sin afectación de los formatos jurídicos que la época moderna vio nacer. La intención de nuestro filósofo era que el hombre no fuera insertado en una sociedad donde su libertad fuera limitada o incluso desaparecer del mapa como hoy parece ocurrir, la idea era tratar de vivir y vivir lo mejor posible.
Los derechos humanos es el legado de ese derecho natural que lamentablemente no ha tenido la fuerza y los resultados esperados. Las instituciones como la Comisión Nacional de Derechos Humanos por ejemplo, se han hecho de la vista gorda, del desorden en la impartición de justicia, de la violencia, de los conflictos. No ha puesto el diente donde debería ponerlo, no ha hecho caso a las exigencias del pueblo, creo que éste ha sido a mi juicio el riesgo de la Democracia representativa que vive México; donde la exigencia de tús derechos es un proceso largo y totalmente deficiente, hacer papeleos y trámites que una vez hechos no garantizan su eficiencia sino su imposibilidad.
Es una Comisión que a unos meses de cumplir 200 años de la independencia de México las cosas siguen en el mismo hoyo. Es un hecho que la injustica o justicia esté controlada por un poder. Éste no se desarrolla simple y llanamente sino que tiene su complejidad dentro de los instrumentos jurídicos y legales. Joseph Ratzinger (El papa Benedicto XVI) en un diálogo fructífero con el único sobreviviente de la Escuela de Frankfurt, Jürguen Habermas; dice “que el derecho no debe ser instrumento de poder de unos pocos, sino expresión del interés común de todos” (Habermas, Ratzinger, 2008, 38). Esto, es el reclamo de un derecho que hoy carece de poder para todos los que vivimos a espesas de la democracia, de los políticos, de los partidos, de los funcionarios públicos.
El poder se puede expresar de diferentes maneras pero la única evidencia de su fuerza es el deber ser; debes de… es un de limitante que congela tus posibilidades para optar por un derecho que te pertenece por naturaleza. Cabe señalar, que el poder no es exclusivo de la política sino también de los actores sociales. Por ejemplo, Foucault en la Historia de la locura; expresa cómo la figura de la locura tomo el lugar que tenía en la edad media la lepra como una enfermedad condicionante. A pasado del loco como un vago, mendigo, mugroso al loco del jardín de la especies, el de la enfermedad mental. Aquí se manifiesta un poder que ha sido el protagonista de las transformaciones de una imagen a otra de la locura.
Bibliografía
Habermas, Jürguen, Ratzinger, Joseph (2008), Entre la razón y la religión. Dialéctica de la secularización, México: FCE.