Haití: terremoto global, solidaridad y caos
Hace 24 años aproximadamente la ciudad México sufrió un terremoto de 8.1 grados en la escala de Richter, que devasto con casi todos los edificios y departamentos del centro histórico. Hace algunos días o casi ya una semana Haití fue sacudido por un terremoto de 7.3 grados en la escala de Richter; daños graves al país más pobre de América latina, el 75% de su población dependen del sector agrícola, y el 25% de su población o menos es de clase alta, cada 8 de 10 haitianos son pobres, apenas su producto interno bruto (PIB) es 6, 908 millones de dólares y una renta per cápita de 772 dólares, los idiomas que se habla en Haití son el inglés y el francés principalmente.
La naturaleza no eligió ocasionar desgracia donde ya existe, ni mucho menos provoca desgracias donde no existe; quizás estos sean los primeros estragos del cambio climático, del calentamiento global, de fallas geográficas, de la industrialización, de la globalización, de la Modernidad. La única desgracia son las pérdidas materiales pero sobre todo humanas, aun no se ha contabilizado la cifra exacta sobre los muertos, pero hasta ahora se estima alrededor de 75.000 muertos, 250.000 heridos y más de un millón de personas sin hogar, según la Dirección de Protección Civil (DCP) de Haití.
Ahora bien, muchos países incluidos entre ellos México han brindado su apoyo y solidaridad ante la catástrofe en Haití. Aquí llama la atención la “solidaridad” que fue uno de los valores impuestos en la Modernidad de Occidente, fue el motor de la famosa Revolución Francesa y también una de las columnas vertebrales de las éticas modernas. La ilustración que reclamo Kant igual se puede percibir la “solidaridad” que permitió de la mano de la libertad salir de la incapacidad de pensar por si mismo, esto determino no una época ilustrada sino una ilustración, de tratar de dar los primeros paso, de salir de la andadera, de caminar por su propia cuenta.
Esto, es precisamente lo que han manifestado todos los países del mundo entero para darle la mano a Haití, para que salga de ese mal pasó. Por eso, la “solidaridad” ha servido hasta ahora no sólo como sinónimo de ayuda o auxilio sino también como una vía que posibilite el desarrollo entre países bajos, sub-desarrollados y desarrollados ante problemas de carácter económico, social, político y cultural. Es verdad que América Latina no ha sucedido un Holocausto para llegar a la Modernidad, pero si un terremoto global que ha dejado huella en millones de haitianos para tratar de buscar entre los escombros una manera de vivir dignamente, la época de ilustración de la que hablaba Kant ya ha empezado en Haití, tratar de salir de la desgracia.
Por otra parte, el apoyo que han brindado solidariamente el resto de los países del mundo al terremoto en Haití no ha dado los resultados esperados. En primer lugar, porque la distribución de alimentos, agua y medicinas ha sido lenta para los afectados por la desgracia. En segundo lugar, se ha desatado una polémica por la discriminación entre ricos y pobres para la distribución de víveres, esto ha generado caos, violencia y atracos entre los mismo haitianos.
Para disciplinar a los haitianos luego del caos Estados Unidos tomo el mando en la isla al enviar a decenas de militares para poner “orden”. ¿Son necesarias las fuerzas militares estadounidenses en Haití para controlar el caos? No, son innecesarias las tropas estadounidenses en Haití porque no se trata de una violencia masiva, o un conflicto de tipo bélico sino de una tragedia que se ha manejado de modo hostil. ¿El caos se controla siempre bajo los efectos de fuerzas militares? El caos no sólo se controla bajos fuerzas militares me parece que es una forma pero no la única, existe otras formas más simples sobre cuando se trata de un terremoto, y no de una guerra.
Finalmente, el peligro de caer en una Modernidad es caer en los mecanismos y técnicas del poder disciplinario, la militarización.