La historiografía de la ciencia: repensar el cómo de la ciencia
Si bien es cierto buena parte del desarrollo humano y tecnológico se debe al importancia de la ciencia en el mundo, por esto, es preciso señalar el trasfondo de la historiografía de la ciencia y sus implicaciones principalmente en el siglo XXI. Con esto, intentaré hacer una breve explicación de la ciencia en el transcurso de su evolución tal como la pinta Enda Suárez y Jonh Christie.
El origen de la ciencia se ha tornado desde varios contextos, pero uno de ellos ha tenido más relevancia no sólo por ser moderno sino también por contribuir al desarrollo de tecnologías de punta. Esto con el único propósito de ser más optimo en el desarrollo proyectos sociales y quizás educativos. Ahora bien, entre los científicos existe un divorcio entre la historia de la ciencia y la historiografía de la ciencia, las diferencias son bastantes, pero gran parte de este divorcio se debe a la complejidad del objeto de estudio, es decir, el punto de vista el cuál pretende abordarse el objeto. El punto parece tocar intereses lejanos uno con otros; cabe preguntarse: ¿Cómo se escribe entonces hoy en día la historia de la ciencia? O ¿Cuál es el ojo que aproxime históricamente al estudio de la ciencia?
Estas preguntas son centrales para abordar la historiografía de la ciencia. Para no responder forzadamente a esto, es conveniente hacer una distinción entre varias historias de la ciencia; en primer lugar, encontramos un crecimiento exponencial en el siglo XX y la evolución diversificada de la ciencia, aquí destaca George Sarton sobre el efecto de la Macro-historias diferente de Alexander Koyré, y Westall sobre su visión de la ciencia un tanto intelectual. En tercer lugar, podemos hablar de la historia de la ciencia desde autores pero igual sobre puntos de vista teórico o práctico.
De aquí se desprende lo que es la historia intelectual y la historia práctica; la primera su objetivo es la construcción de la teorías explicativas sobre el mundo, las cuales permiten radicalmente resolver los problemas empíricos como conceptuales que han sido claves para entender la ciencia. La segunda, dista en varios aspectos debido a que se relaciona con el contexto cultural y político, es decir, apegada a los hechos y problemas sociales que afectan al mundo.
Esta última da cuenta de dos corrientes para visualizar el desarrollo de la historia práctica; a) Constructivismo y b) Naturalismo. El inciso a) se refiere a la construcción social del conocimiento pensádolo como un producto humano apoyado mediante recursos culturales o materiales, mientras el inciso b) se pone porque la ciencia como tal debe estudiar sólo los aspectos empíricos, pero también estribarse en aspectos culturales sin apelar a una tipo de normatividad que se comprometa con una verdad.
Esto, es conocido muy bien como Historicismo ya que estudia el conocimiento social el cual sólo se ocupa de la esfera empírica. El Historicismo parece ser un golpe al avance de otras ciencias como por ejemplo la misma filosofía; pues ésta no se desarrolla de acuerdo a métodos empíricos sino de una reflexión que nace de aquello que no es en su totalidad sistemático u ordenado, al contrario, es discontinuo y prolongada porque no logra estacionarse en un punto. Foucault habla del consiente-inconsciente en las ciencias humanas porque eso le ha dado mayor crédito a explorar otros caminos donde la ciencia positiva (la medicina y la psicología) no ha podido llegar, y el psicoanálisis sí.