Reseña: ¿Quién llegará en la nave de los locos?

Publicado en por Heriliam

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Fernando Figueroa Sánchez, ¿Quién llegará en la nave de los locos? Ediciones Pan comido, México, 2013, 113 pp.  Prólogo de Julio Ortega Bobadilla.

 

 

¿Quién llegará en la nave de los locos? es una aventura no por los ríos de Renania y los canales flamencos sino por la mundanidad del mundo como lo llama Martín Heidegger. Fernando Figueroa nos plantea en sus veintisiete historias cuestiones mundanas, reales e imaginarias, el lado “absurdo” “sarcástico” “irónico” con el que normalmente juzgamos la misma realidad errante, triste, miserable y trágica.  

            Los relatos de Fernando Figueroa van acompañado de un conjunto de grabados, del litógrafo y desde luego grabador Sergio Sánchez Santamaría; donde nos proyecta las diversas temáticas que Figueroa toca sensiblemente con su escritura, como es la locura, la muerte, la mundanidad, lo absurdo, la música y un poco de la era posmoderna. A eso se suma el prólogo de Julio Ortega Bobadila, quien presenta esta obra como una literatura de viaje, desde su óptica nos plantea la sagacidad y el mérito que el escritor transmite en el texto.  

           Sus historias cobran sentido en personajes míticos, héroes, dioses e incluso en individuos reales; su literatura es creativa y divertida, el humor reina en cada historia sin dejar de ser cierto, su visión es profundamente filosófica la cual propone paradojas impensables, que no sólo se exhiben al interior de nuestra vida sino en diversos ámbitos sociales, científicos y culturales.

           En las primeras páginas Fernando presenta una serie de problemáticas entre la autenticidad de un objeto o el origen metafísico, la muerte como una decisión individual o la muerte anunciad, por último, la reconfiguración del tiempo o comprador del tiempo; estos relatos responden sin duda a un examen de conciencia y las experiencias límite de nuestras vidas terrenales.

          En la mitad de la obra podemos notar el espíritu filosófico del escritor; la imagen que nos ofrece de Kant es visionaria y literaria, ya que supone la explicación práctica de los mismos conceptos kantianos resumida en un solo acto, afeitarse la barba. ¿Acaso Kant usaba barba? En cambio, su estilo con Heidegger es más mesurado pero revelador, debido a que la muerte es simplemente la determinación o condena para los “otros” según Heidegger, pero paradójicamente también es una auto-condena para éste último. Quién diría que Nietzsche fue un genio de su época pero quizás confundido sin recelo en sus últimos años de vida con un loco. Fernando Figueroa, describe a Nietzsche como un loco ingenuo que reveló los verdaderos problemas de la vida, la muerte y Dios.  

         Figueroa en uno de sus relatos alude al título de la historia de la sexualidad; no precisamente sobre la obra de Foucault, sin embargo, posee tintes relativos al concepto y jerarquización de la locura. Estos relatos que Figueroa nos ofrece, utilizan a la locura como un estereotipo aparente para luchar contra otro tipo de estereotipo social como lo sería la humillación y el desprecio; de una forma interesante nos presenta a la locura no como un fin, más bien, como un medio en el cual es posible esquivar o librar ciertas imposiciones o descalificaciones. Pero también indaga cómo se fabrica la locura a partir del encierro; por ejemplo, prohibir un texto literario en una cárcel porque podría ser una arma para provocar revueltas al interior del lugar.  

        Los relatos que el lector revisará ampliamente se encuentra el espíritu de Kafka, de Monterroso, de Chéjov entre otros. Su narrativa en algunos relatos es técnica pero permite ampliar léxico a sus lectores e interlocutores; nos muestra en sus letras las terribles contradicciones y desilusiones del mundo pero deja abierta la posibilidad de conquistarnos con su humor e ironía que le caracteriza.

 

 

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