Razón, sociedad y locura

Publicado en por Heriliam

La razón y sociedad

En la filosofía observamos muy bien cuál ha sido el enfoque de la razón y sus aspiraciones en la sociedad, siempre que ésta última se ha trastocado por los pensamientos de una época o por los problemas del hombre. Por ejemplo, Descartes representa el rubro más complejo del racionalismo occidental, sus inquietudes prestan atención al avance de las ciencias y por ende a una sociedad adelantada, una de tantas inquietudes fue la confrontada del siguiente modo:   

El buen sentido es la cosa mejor repartida en el mundo: pues cada uno piensa estar tan bien provisto de él que aunque aquellos son más difíciles de contentar en todo lo demás, creen que tiene bastante y, por consiguiente, no desean aumentarlo[1]   

Esta idea cartesiana ha pasado a la historia no sólo como una intuición racionalista sino como una tendencia radical de creer que todo es razón, no podemos pensar sin dejar de sentir, no podemos pensar sin dejar de doler, estas han sido algunas implicaciones de cómo se ha gestado una sociedad moderna, en la cual hemos creído satisfactoriamente el ocaso de la razón como el buen sentido mejor repartido entre los hombres.

        A esto se opondría muy fácilmente “El discurso sobre las ciencias y las artes” de Rousseau, quién pugnaría que no es necesario el avance de las ciencia sino la conservación del estado natural del hombre que posibilitará una mejor vida, donde la sociedad ocupará un lugar privilegiado en tanto la preservación de la cultura y el carácter del hombre frente a una vida natural. De igual modo, Hume no se ajustaría en mirar a la razón como la puerta principal de la ciencia, al contrario, él piensa que “el hombre como un ser racional más que activo, e intentan formar su entendimiento más que cultivar su conducta”[2]. Conducta que estaría presente en la sociedad como parte subjetiva de la vida cotidiana.

Todo esto, ha sido clave para el quehacer de la filosofía pero de igual para el tipo de sociedad con la cual se perciben las cosas positivas y negativas de la razón. En el mayor de los caso la propia sociedad se ha ido configurado al paso de la historia y del tiempo,  por ejemplo, la razón en la ilustración representó todo un lema kantiano que despertó a muchos de su sueño, y a otros los llevo a establecer un respeto por las instituciones propiamente del estado, y a forjar los derechos de los hombre dentro de una sociedad más justa y equitativa. 

     Por tanto, la sociedad y la razón son dos binomios inseparables siempre y cuando no se deje llevar por excesos, excesos que son provocados por el mismo hombre en su vida y en el ejercicio de sus acciones, pues por encima de esto se halla un mundo divergente capaz de ver cosas, imaginar, crear, soñar, este mundo es el polo contrario de la razón me refiero en concreto al hombre de las semejanzas salvajes de Foucault, al loco. 

Locura y sociedad

La razón representó en la Modernidad todo un lema kantiano –como ya mencionó atrás- pero puntualmente construyó un modo de pensar, de vivir, de amar, etc. A esto, se le opone radicalmente la locura, y a esto afirma el epígrafe de María Zambrano; “el hombre es el ser cuya primera manifestación es esperanza, no es instinto, no es inteligencia”. El hombre aquí es esperanza si y sólo si no es instinto ni razón, es locura.

       Ahora bien, cabe hacer hincapié que en algunas veces estas maneras de ser están tan distantes en el hombre y en otras más imposible de llegar, esto, por el simple misterio que guarda la vida y la conciencia del hombre, pues a decir verdad no todos los hombres están atados sólo hacer instinto o razón. El otro resto, esta condenado o atado por un afecto que no es común ni fácil de entender en una sociedad compleja, por ejemplo como la época clásica, sobre todo cuando las clases están tan separadas que se diferencian fácilmente.

        Esta pregunta suele ser deprimente ya que en algunas ocasiones se busca saber con detalle su identidad, más allá de esto, está su conducta, su lenguaje, el sentido de su vida, el carácter. Sin embargo, hay quienes no comparten el buen sentido entre los hombres, más bien son anormales porque su mundo es otro muy diferente caracterizado por la razón.

        A esto podría denominarse locura, igualmente llamarse un padecimiento o un afecto anormal o si se prefiere llamarlo miseria; es afecto porque se presenta como un estado de ánimo excéntrico, y es también un padecimiento porque se interpreta como una enfermedad quizás incurable. Sin embargo, es locura porque muestra la irracionalidad, lo imaginario, el sueño, lo irreal, lo fantástico, lo absurdo, lo burdo, lo visible pero lo invisible e incluso resulta paradójico para una sociedad mecanizada por la racionalidad.

      Según Foucault la locura primeramente es una figura literaria con la famosa Nave de los Locos de Bosco, después la locura representó miseria para los reinados de los siglos XV, XVI y XVII, ya que los locos andaban por las calles, el problema fue que los locos constituían un problema social para la imagen de los reinados, también con la locura surge la idea de crear centro de adaptación social que finalmente terminan siendo cárceles.

     Al parecer, este fenómeno de la locura es en buena medida una parodia de lo que fue la Modernidad, Descartes ni mucho menos Hegel se imaginaron que la locura fuera una exageración de lo racional y lo absoluto. No podemos desmeritar a Descartes y Hegel sólo es una breve analogía que pueda mostrar una realidad diferente a lo que los filósofos nos han enseñado al paso de la historia de la filosofía, tampoco puedo decir que la locura sea un tema absurdo pero si es un discurso poco estudiado y analizado en la filosofía.



[1]  René Descartes, Discurso del Método, Editorial Porrúa, México, 1987, p. 9.

[2] David Hume, Investigaciones sobre el conocimiento humano, Alianza Editorial, Madrid, 1980, p. 28. 

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J
<br /> Muy buena la entrada :)<br /> <br /> <br />
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